Road Trip: Arizona Baby



Esta mañana hemos vuelto a ser seres civilizados. Anoche pudimos darnos nuestra primera ducha en 3 días ( no se alarmen, hemos estado a 12 grados en el cañón y aparte nos manteníamos relativamente limpias) y por fin hemos dormido una noche más de 6 horas, ya que las bajas temperaturas de allá nos hacían dormir enroscadas y con mil capas de ropa, y aun así te despertabas temblando cada rato.Lo último que había registrado aquí, era nuestra caminata de viejos alrededor del cañón. De modo que aquel día nos informamos del sendero que baja toda la garganta y llega hasta el río Colorado. Pero dicho sendero de marras, tiene 22 kilómetros de ir y volver, y no ibamos realmente equipadas, así que con la promesa de reanudarlo en un próximo futuro, lo bajamos unas millas en plan tranqui. Porque luego nos queríamos dirigir a un mirador
que está en otro extremo, desde donde vimos el atardecer y pudimos tener una buena vista del
río. La bajada por el sendero es increíble, por las alturas y con el telón de fondo de todo el cañón
rojizo es una gozada.

Por el camino nos hicimos amigas de una ardilla toda simpática que se nos subió encima y me dejó estrujarla como si fuera un peluche. Estaba gorda la jodía, hay que ver que bien que se lo pasan los bichos mimados de aquí.

Esa tarde, como mencioné previamente, nos dirigimos a ver la puesta de sol en el Desert View, un mirador en el otro extremo del parque. Nos sentamos en silencio con gente de múltiples nacionalidades a disfrutar de la tranquilidad y la belleza de este paraje.

De noche al llegar a nuestro campamento, descubrimos con grata sorpresa que teníamos nuevos vecinos. Los japoneses molestosos se habían marchado esa mañana y en su lugar, apareció una
pareja de alemanes, Fabien y Maggie. Se unieron a nuestra cena y coloquio junto al fuego, y nos explicaron que se conocieron hace tres semanas por una web de gente que viaja sola y se lanzaron juntos a la carretera. Han tenido mucha suerte en llevarse bien, porque podría tocarte gente de todo tipo, es una lotería eso.

(Última foto antes de levantar el campamento)

Pues lo dicho, dejamos atrás con cierto pesar el Cañón ayer por la mañana, para dirigirnos hacia Phoenix, donde nos esperaba la hermana de Teresa, que es controladora aérea en una base militar. Teníamos tiempo de sobra porque saldría de trabajar por la noche. De modo que hicimos muchas paradas a lo largo del camino, es un recorrido muy bonito, ya que estábamos bajando desde el norte de Arizona hacia el sur, y se va notando un cambio drástico de paisaje. Pasamos de bosques, vegetación frondosa y riachuelos...

... a zonas áridas y rojizas de cielos intensos


Y terminamos por llegar a los famosos cactus del desierto

Hoy exploraremos Phoenix y mañana saldremos a Santa Fe, nos alojaremos en casa del hermano de Teresa, ( sí, tiene un hermano en cada estado cercano :o) y estaremos regresando poco a poco a Texas.

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