Aspectos de Ucrania. Hoy:
( fragmento de mi reportaje: "La Revolución Naranja a examen")
Corrupción y sobornos
Tanto en Ucrania como en Rusia, la corrupción está arraigada en todos los ámbitos de la sociedad. Es muy fácil obtener privilegios sobornando funcionarios públicos. Anna comenta: "Si un profesor cobra 100 dólares mensuales, no lo importa aprobar a un alumno que le ofrece 50 dólares más. Si durante un curso le sobornan unos seis o siete alumnos, tendrá un sobresueldo nada despreciable".
El soborno también lo sufren estudiantes como Román Ragachov, que a sus 19 años ha pasado ya por diversos empleos, para poder costearse los sobornos y los estudios: "algunos profesores te suspenden aunque tengas un buen examen, y a menos que lo sobornes, no te aprueban". Román explica que si los jóvenes desean ser beneficiarios de una beca, han de comprar a las autoridades que la conceden, así que "al final no recibes nada, pagas dinero por recibir dinero".
Ucrania tiene una renta per cápita de 7,800 dólares. Se sitúa en el
puesto número 108 del ranking mundial. Los profesores, médicos, obreros… tienen sueldos muy bajos. Aunque los productos básicos son asequibles; los coches, electrodomésticos o teléfonos móviles, están a precios europeos.
Evgeni Tchubykalo, un joven ucraniano que actualmente vive en España, analiza la situación de su país: "Ha habido una gran inestabilidad económica en Ucrania. El país no podía ofrecer dinero a la gente para vivir. De ahí vienen los sobornos. Hay montañas de dinero negro que la gente guarda en las casas, ¿cómo se va a confiar en el dinero ucraniano? si se ha perdido en varias ocasiones, por ejemplo, al final de la Perestroika". [ Ésta fue una reforma económica introducida durante 1985 en la antigua Unión Soviética, con desastrosos resultados económicos.Tras ese período, y la separación de la URSS, el dinero se devaluó.]
Mihail, un joven cirujano de 25 años, cobra 700 grivny mensuales (unos 130 euros). Al igual que sus colegas, con ese dinero es incapaz de emanciparse o de adquirir artículos que a ojos de un centroeuropeo resultan básicos, como un ordenador o un coche. “Aquí realmente no ha cambiado nada, se da más ayuda a las madres con hijos, pero esto hubiera sido igual con el otro presidente”, reflexiona con la mirada perdida en el horizonte.
Comentarios