ciencia
El ser humano es curioso de nacimiento. Solemos paranos a indagar sobre hechos que nos parecen insólitos, a los que necesitamos dar una explicación plausible. Hoy en día tenemos infravalorado en concepto curiosidad ya que a menudo se le da un significado peyorativo: ya sea considerándolo afán de saber las intimidades del otro, o relegándolo al puesto del mero cotilleo.
Sin embargo, es cierto la ciencia se asienta sobre la curiosidad, sobre algo tan simple y necesario en el proceso de la investigación, que puede desembocar en importantes axiomas. Reproduzco un fragmento escrito por el genio Isaac Asimov, “¿qué es ciencia?”
Casi en su principio fue la curiosidad.
Curiosidad, el abrumador deseo de saber, algo que no es característico de la materia muerta. Ni tampoco parece formar parte de algunas formas de organismo vivientes, que por toda clase de razones, podemos escasamente decidirnos a considerar vivas.
Un árbol no despliega curiosidad acerca de su medio ambiente en cualquier forma que podamos reconocer, ni tampoco lo hace una esponja o una ostra. El viento, la lluevia, las corrientes oceánicas le brindan lo que es necesario, y a partir de esto toman lo que pueden. Si la posibilidad de los acontecimientos es tal que les aporta fuego, veneno, depredadores o parásitos, mueren tan estoica y tan poco demostrativamente como han vivido.”
Comentarios
Sí, estoy orgulloso de ser un parásito a escala planetaria.